Interrogantes sobre el 5G
Saciamos tu sed de curiosidad sobre la conexión del futuro
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Hace ya un tiempo asegurábamos que era inminente la llegada del 5G a nuestros dispositivos. El gobierno liberaba frecuencias para diseñar un plan ante la inminente llegada de esta nueva tecnología a lo largo de 2018. A punto de finiquitar el primer trimestre de marzo del año siguiente, las cosas siguen bastante en el aire, por lo que hemos determinado que es tiempo de ofrecer algunas claves para satisfacer vuestra curiosidad.
Con la celebración otro año más del Mobile World Congress hace pocas fechas, hemos sido partícipes de que existe muchísima expectación ante la llegada de la próxima generación de tecnología móvil. Y en esta fecha señalada, algunos dispositivos que son capaces de empezar a sacarle rendimiento al invento fueron convenientemente presentados, con su porción de hype incluída.
Un poco de historia
Si repasamos lo que ha ido aportando cada nueva generación, vemos que en todas ellas se trata de saltos cualitativos y cuantitativos de interés. Así, la primera generación ofrecía llamadas desde un teléfono móvil -todo un hito del que ahora no podemos ser del todo conscientes, superados por la avalancha tecnológica que llegó después-. El 2G incorporaba el envío de mensajes de texto. Alguien se acuerda? Sí, eso que también llamaban SMS, que ahora sirve para que te lleguen avisos de empresas de mensajería y entrega de paquetes. Con el 3G llegó la revolución de los smartphones, y abrazamos la idea de disponer de Internet en cualquier parte.
Finalmente, el 4G consiguió mejorar mucho las conexiones, incrementando el chorro de datos y aportando que puedas ver vídeos en alta calidad o la explosión de las plataformas en streaming. Así, en un periquete, hemos pasado de ir en el metro jugando a la serpiente en nuestro terminal Nokia a poder ver nuestra serie favorita en Netflix o HBO. Los dispositivos también han cambiado lo suyo para promover esta mejora sustancial.
¿Y el 5G?
Pues permítanme ser así de grandilocuente, pero se está gestando toda una revolución en ciernes. Y lo hace gracias a su cualidad fundamental, que es 100 veces mayor que la de la red LTE (la tecnología que ofrecen hoy día los operadores). Y multiplicar por mil algo que a día de hoy ya te permite disfrutar a tope de contenidos en streaming y consumir vídeo en redes sociales por un tubo os aseguramos que no es moco de pavo. Pero no solo se verá incrementada esta velocidad, cuestiones como una menor latencia, mayor fiabilidad y una conectividad mejorada desde cualquier punto del planeta también resultan reseñables.
Este incremento sustancial derivará en la llegada definitiva del Internet de las Cosas. Si no te resulta un término muy familiar te invitamos a que descubras sus pormenores en esta tendencia. Pero así grosso modo, para que te hagas a la idea, es la previsión de que todo lo que nos rodea esté conectado a Internet. Desde nuestro móvil / laptop / tablet (obvio) hasta el artilugio más insospechado del hogar que se te ocurra. Trillones de datos interconectados para hacernos la vida más sencilla, y donde asistentes activados mediante voz como Alexa, Siri o Google Assistant son solo la punta de lanza.
Coches autónomos con total independencia, taxis robotizados, ciudades inteligentes, casas más eficientes y personalizables, listas de la compra automáticas, el desarrollo extremo de los comandos de voz, reconocimiento facial, procesamiento de imágenes y vídeo en tiempo real y conexión de los artilugios entre sí. Con muchos pros evidentes en la lista y algún que otro contra relacionado con la granhermanización del espacio público y privado. Y las connotaciones éticas derivadas de esta forma de vida. Que cuestiones del día a día como el tráfico, los transportes y también los servicios -agua, electricidad, gas- empiecen a gestionarse e integrarse a través de la nube va a suponer un antes y un después en nuestro día a día. Y todo muy pero que muy hiperconectado.
Además, supondrá un empujón más que interesante a todas las tecnologías de realidad virtual, aumentada y mixta. , con datos que se superpondrán en nuestras gafas, en la luna del coche o en mitad del salón de casa.
Como vemos, supone un implacable paso hacia las denominadas smart cities, que se verá exponencialmente impulsado gracias al desarrollo de la inteligencia artificial y el machine learning. Estas tendencias, ya en boga, seguirán creciendo para fortalecerse con la llegada del 5G a nuestras vidas. Si ahora se estima que por persona dispondremos en 2020 de 6,58 artilugios conectados a la red, para 2030 esa previsión se duplica.
¿Cuándo podremos disfrutarlo?
Como os hemos contado, parece que el 5G se hace de rogar. Su llegada global está programada para 2020, si bien es cierto que muchas empresas ya están posicionadas para ir ofreciendo desde ya servicios que se adecuen a esta nueva realidad. Aunque esta primera oleada de 5G supondrá un aumento sustancial de la velocidad de acceso a Internet, y el resto tendrá que irse forjando progresivamente. Algunos especialistas hablan de tres fases diferentes, cada una de tres años de duración, hasta su implementación definitiva. Y os lo iremos contando, sólo faltaba.